Ramón Palomar

Articulista de Opinión

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Columnista de Las Provincias y de ABC.

Perdigones de plata

El silencio

El mutismo de Sánchez huele al cacareo gallináceo del que pretende ganar tiempo

Ramón Palomar

El dogma

Me pasma que tres ministros abracen una mentira aun sabiendo que chupan de la ciénaga trolera

Ramón Palomar

La caída

También el Muro de Berlín parecía tan sólido como el de Adriano y en un suspiro se convirtió en escombrera

Ramón Palomar

Dimitir en Japón

En aquella tierra no toleran las chanzas con las cosas del comer, crudas o no, y el desacato se paga

Ramón Palomar

La visita

Sánchez, en su viaje hasta Valencia, eludió pisar el polvillo que alfombra las villas devastadas

Ramón Palomar

Bajo el cielo

La legión de los sin techo avanza porque retrocede el cacareado bienestar

Ramón Palomar

Enemigos íntimos

Me disgustaría y me preocuparía tener enfrente a un enemigo como Ábalos

Ramón Palomar

Maldita curiosidad

La realidad es un hachazo funesto que te decapita la alegría

Ramón Palomar

Ultrarricos

Sánchez desempolva la figura de los formidables multipelas como enemigos de la humanidad

Ramón Palomar

La dignidad

Antaño se dimitía por dignidad torera, por mera educación, para dar ejemplo a la sociedad

Ramón Palomar

Dale tiempo

Esto de regalar tiempo al que no lo sabe emplear se me antoja peligrosísimo, incluso muy lesivo para la salud mental

Ramón Palomar

El desprecio

El dinero público es sagrado, por lo tanto no se mancilla, ni se malgasta, ni se despilfarra

Ramón Palomar

Funerales

La liturgia de la Iglesia en las grandes ocasiones resulta invencible

Ramón Palomar

Un plan sencillo

Lo que se nos escapa, al menos a mí, es una triquiñuela tan elemental como la del sindicalista

Ramón Palomar

Cornetas y tambores

Es curioso como somos el producto de lo que vivimos en el hogar

Ramón Palomar

La vida privada

La vida privada del que fue, un suponer, la mano derecha de un presidente, indica hacia donde puede desembocar su vida pública

Ramón Palomar

Negocios

Quiero una sociedad preñada de negocios legítimos porque sólo así será rica, libre y fuerte