Suscribete a
ABC Premium

PERDIGONES DE PLATA

La dignidad

Antaño se dimitía por dignidad torera, por mera educación, para dar ejemplo a la sociedad

Dale tiempo

El desprecio

Ramón Palomar

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En nuestro vanidoso mercado algunas costumbres se esfumaron y otras se agarraron contra nuestros tobillos enroscadas como crótalos venenosos. Durante las sacrosantas comidas familiares, de chavalines, sólo podías levantarte de la mesa cuando los padres concedían esa merced. Ahora me temo que no. Costumbre engullida ... debido a los tiempos modernos, pues. Sin embargo, hábito arraigado con fuerza colosal, hoy, es lo de no dimitir. Jamás. Antes muerta que sencilla. Antes palmado que dimitido.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación