Suscribete a
ABC Premium

visto y no visto

El bar del loro

Fuera de los sistemas representativos (anglosajones) no hay salida democrática

Magnates y filántropos

Los gallos de Europa

Ignacio Ruiz-Quintano

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En el madrileño barrio de Ventas había un bar de cañas y latas, O'Santos, que tenía un loro deslenguado, Quico, que repetía malapropismos franquistas que le enseñaban los parroquianos. El tabernero era lo que se dice un 'connaisseur' del cante flamenco y los guisos ... de caracoles, que dejó de hacerlos un día que olvidó un saco de ellos en casa y al volver por la noche se habían escapado por el balcón y estaban todos desplegados en la fachada del edificio. En su lugar despachaba percebes coruñeses que escaldaba en un infiernillo, anunciándolos con un cartel de canónigo gallego que honraba a su clientela culta: «Hay Pollicipes Cornucopia». En la pared de los retratos, destacaba uno del tabernero con el artista mejicano Luis Miguel, que no era ni Luis Miguel ni mejicano, sino un ecuatoriano que se daba un aire a Luis Miguel y con el que unos amigos míos embromaron al tabernero una tarde después de los toros. La broma iba a ser pasajera, pero el tabernero, enfermo de admiración, se emocionó tanto que ya nunca hubo valiente que se atreviera a sacarlo del engaño, y se retiró abrazado a 'su' Luis Miguel, tarareando 'La media vuelta'.

Artículo solo para suscriptores

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación