Natasha Lyonne: «Siempre he buscado proyectos donde ser libre»
La protagonista y productora de 'Poker Face' habla con ABC sobre su segunda temporada y los retos de la industria

Natasha Lyonne tiene la extraordinaria capacidad de hacer reír y llorar a los espectadores, pero también de adivinar mentiras dentro de un crimen en su serie, 'Poker face'. La actriz, que ya despuntaba cuando era una niña con su talento, ha desempeñado muchos papeles en su carrera, desde actriz de cine y de teatro a productora, como en este caso 'Poker face', que también protagoniza. Y en este rol tiene el gran poder de adivinar las mentiras en los crímenes que están a su alrededor. Un privilegio que, al mismo tiempo, puede convertirse en una condena. Ahora, tras el gran éxito de la primera temporada, estrena la segunda en Skyshowtime. «Lo que conquistó a la audiencia fue que era una persona normal, que se tropieza, que hace las cosas lo mejor que puede. No tengo interés en las personas perfectas, es más, no existen. Es solo una persona que vive su vida haciendo todo lo mejor que puede hacer», asegura Natasha Lyonne a ABC.
En esta segunda temporada, a lo largo de ocho capítulos, la serie mantiene su formato de «caso de la semana», al estilo de 'Columbo', donde cada episodio presenta un nuevo misterio que Charlie no puede evitar investigar. «Es difícil mantener la altura semana tras semana y estar igual de fresco en todas las historias por igual», reconoce la actriz. Su personaje, Charlie, una mujer nada convencional, sigue su viaje por Estados Unidos en su Plymouth Barracuda, resolviendo crímenes en cada parada mientras huye de las consecuencias de su pasado y las consecuencias de su don para detectar mentiras.
La serie nació a través de la amistad que la actriz mantiene con Rían Johnson, y lo que era una conversación entre amigos se convirtió en una realidad. «Es genial formar parte del elenco y al mismo tiempo estar entre bastidores. Te sientes menos a merced de otras personas. En otra situación tienes que estar pendiente constantemente de hablar con tu agente y esto es distinto», reconocía.
Retos e incertidumbre
La actriz lleva toda una vida trabajando. Cuando tenía 16 años, Woody Allen ya la incluyó en 'Todos dicen 'I Love You'', y aunque se está feliz por seguir formando parte de la industria, reconoce que no sabe si son buenos tiempos para los actores. «Es como si tuvieras que estar 'de moda' para que te dejen entrar al juego. Y supongo que también es un poco frustrante que alguien más tenga que decirte si puedes 'jugar' o no. Llevo haciendo esto, no sé, creo que este es mi año número 3.000. Soy afortunada de que me hayan dado un papel», indica entre risas.
Aunque sí que afirma que es un momento interesante. «Los papeles cada vez son más amplios. No es como en los 90, cuando parecías tener solo dos opciones: o hacías comedias románticas o nada. No hay mucha gente compitiendo por esos papeles estilo Harry Dean Stanton o Peter Falk, ya sabes, personajes raros y sin tantos vestidos bonitos. Así que siempre he intentado encontrar mi carril, un nicho, un espacio que esté libre. Creo que ese es un consejo útil para cualquier persona que quiera formar parte de la industria: encontrar la grieta».
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