Razones frente a emociones

Ahora protestar es muy sencillo y eficaz. Te organizas por los grupos de Whatsapp, se traba una alianza con los profesores que no quieren cambiar de colegio, sacas esto en las redes, metes a la asociación de vecinos -por lo general aliada de algún partido- y llamas al concejal del barrio que está en la oposición. En cinco días has montado una campaña con presencia en los medios convencionales que son los que asustan a los políticos. Éstos, en campaña permanente y para que no haya una merma de votos, rápidamente claudican y donde dijeron digo ahora dicen Diego.

Los colegios públicos se pagan con el dinero de todos, por eso se debe ser tan exigente. Los recursos siempre tienen un límite y es función del servidor administrarlos bien. Colegios se están cerrando en todos los rincones del país por el invierno demográfico que padecemos. Y lo hacen gobiernos del PP y del Psoe, porque es algo que no tiene que ver con la ideología sino con la razón y el buen empleo de los recursos. Frente a la razón, los afectados por estas decisiones utilizan la emoción para quejarse. No quiero llevar a mis hijos a un colegio distinto, no quiero que los profesores del centro entren ahora en una situación de expectativa de destino porque les puede tocar otro barrio. La falta de niños es un problema ahora pero en el futuro será mayor salvo que se reedite el baby boom de los años 60 del siglo pasado. Por eso hay que estar preparados porque la educación tendrá que ser diferente. Y ojalá que mucho mejor.