Cómo reducir las emisiones de tu coche
Para reducir emisiones y ahorrar combustible, es fundamental mantener el vehículo en buen estado con revisiones periódicas, controlar la presión de los neumáticos, planificar las rutas, apagar el motor en paradas prolongadas y reciclar correctamente aceites, baterías y neumáticos
Cómo reducir las emisiones de tu coche

El transporte representa casi una cuarta parte de las emisiones globales de CO₂ relacionadas con la energía, según datos de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés). Dentro de este sector, los vehículos ligeros (automóviles y camionetas) son responsables de aproximadamente el 45% de estas emisiones. Reducirlas es el compromiso que deben tener todos los conductores con el medio ambiente, algo para lo que Midas ayuda ofreciendo recomendaciones prácticas para que los conductores reduzcan las emisiones contaminantes de sus vehículos. A través de un mantenimiento adecuado y hábitos responsables de conducción, los conductores tienen múltiples formas de contribuir al cuidado del planeta, minimizando el impacto ambiental del transporte motorizado, una de las principales fuentes de gases de efecto invernadero.
Por ejemplo, realizar un mantenimiento periódico del motor y los sistemas del vehículo: Revisar el sistema de escape, cambiar los filtros de aire y aceite cuando sea necesario, y garantizar un correcto ajuste del motor puede mejorar la eficiencia del combustible considerablemente. No solo garantizaremos la seguridad de nuestro vehículo y alargaremos su vida útil, sino que también contribuiremos a reducir las emisiones de CO2.
Comprueba la presión de los neumáticos y el estado general de las ruedas: La presión incorrecta de los neumáticos aumenta la resistencia al rodaje y, con ello, el consumo de combustible. Según la Dirección General de Tráfico (DGT) puede incrementar el consumo de combustible hasta en un 10%. Además, una presión inadecuada puede provocar un desgaste irregular de los neumáticos, reducir su vida útil y comprometer la seguridad del vehículo. Por eso, es esencial revisar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes y antes de viajes largos, asegurándose de realizar la medición con los neumáticos en frío para evitar lecturas alteradas por el calor, y seguir siempre las especificaciones del fabricante, disponibles en el manual del vehículo o en la etiqueta del marco de la puerta del conductor.
Planifica tus trayectos y evita el tráfico: Organizar rutas y evitar zonas de alto tráfico no solo reduce el tiempo de conducción, sino que también disminuye el consumo de combustible y minimiza las emisiones contaminantes. Para optimizar los viajes, se pueden utilizar aplicaciones de navegación en tiempo real que alertan sobre atascos, obras o accidentes, permitiendo elegir rutas alternativas más eficientes. Además, planificar con antelación ayuda a evitar las horas punta, lo que contribuye a una conducción más fluida y menos estresante.
Apaga el motor en paradas largas: Cuando el vehículo está detenido en semáforos o atascos, mantener el motor en ralentí genera emisiones innecesarias de gases contaminantes como CO2, óxidos de nitrógeno y partículas. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), apagar el motor en paradas superiores a un minuto puede reducir el consumo y las emisiones hasta en un 10%. Para facilitar esta práctica, muchos coches modernos cuentan con sistemas de arranque y parada automáticos (start-stop) que apagan y encienden el motor de forma eficiente. Sin embargo, si tu vehículo no dispone de esta tecnología, apagar manualmente el motor es una forma sencilla y efectiva de contribuir a una conducción más sostenible.
Recicla y desecha los materiales del vehículo de forma responsable: Los aceites usados, baterías, neumáticos y otros materiales contaminantes deben ser gestionados en centros especializados que garanticen su reciclaje o tratamiento adecuado, evitando así la contaminación del suelo, agua y aire. Estos residuos contienen sustancias tóxicas que pueden causar graves daños al medio ambiente y a la salud si se desechan de forma incorrecta. Por ejemplo, un litro de aceite usado puede contaminar hasta un millón de litros de agua. Por ello, apostar por servicios de mantenimiento y reparación que hagan un correcto tratamiento de estos residuos contribuirá a proteger el planeta.
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