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Tipos de colegios: tres modelos que garantizan la pluralidad de la oferta formativa

El 66,8% de los alumnos estudia en centros públicos, el 24,5% en concertados y un 8,6% cursa en privados

Según el mejor profesor de Secundaria y Bachillerato, así es una clase perfecta hoy

Belén Rodrígo

Madrid

Los centros educativos en España se dividen en tres categorías: públicos, concertados y privados. Cada uno de ellos con características diferenciadas en términos de financiación, gestión, accesibilidad, selección del profesorado y costes para las familias. «Esta diversidad responde a una combinación de principios constitucionales, como el derecho a la educación y la libertad de enseñanza. Aporta pluralidad y libertad de elección; diversificación de la oferta educativa; complementariedad y competencia y mejora de la calidad», afirma Carles Perea, psicopedagogo y profesor de la Universidad Carlemany.

Las familias pueden seleccionar el tipo de educación que prefieren para sus hijos, «ya sea basada en ideologías pedagógicas, religiosas o simplemente en criterios de calidad y proximidad», resalta. A su vez, la coexistencia de modelos de gestión diferentes entre sí «puede generar enfoques educativos más innovadores y/o especializados en función de la demanda social», añade. Cabe recordar también que, en muchas regiones, los centros concertados absorben parte de la demanda educativa que el sistema público no puede cubrir, especialmente en núcleos urbanos densamente poblados. Y en teoría, la presencia de diferentes tipos de centros «puede fomentar una mejora en la calidad de la enseñanza a través de la comparación y la búsqueda de eficiencia», subraya Perea.

Si bien el currículo básico es común y regulado por el Ministerio de Educación del Gobierno de España y las distintas comunidades autónomas, existen algunas diferencias entre estos centros, «como, por ejemplo, en la dotación de recursos, en la selección del profesorado y en la composición del alumnado que pueden generar, a corto y medio plazo, desigualdades», explica el docente. Los centros públicos dependen directamente del Estado y de las Autonomías; los concertados reciben financiación pública, pero tienen cierto margen de gestión privada y «en algunos casos, aplican criterios de admisión que pueden favorecer a determinados sectores sociales, lo que puede generar segregación», recuerda Perea. En cuanto a los privados, ofrecen más autonomía curricular y metodológica, pero el acceso está condicionado al pago de las matrículas que «suelen ser elevadas, lo que puede reforzar desigualdades socioeconómicas», matiza.

Carles Perea recuerda que el equilibrio del sistema educativo en España es un tema de debate constante y cita varios aspectos a tener en cuenta. Por un lado, el crecimiento de la educación concertada, especialmente en algunas comunidades autónomas «lo que ha generado críticas políticas sobre una posible privatización educativa». Por otro, las desigualdades territoriales ya que en algunas regiones la oferta de colegios públicos es insuficiente, «lo que obliga a muchas familias a recurrir a centros concertados o privados, especialmente en áreas urbanas densas», añade. En el caso de la segregación escolar, indica que existen estudios que sugieren que la educación concertada y privada pueden contribuir a una mayor segregación socioeconómica y académica, al favorecer la concentración de estudiantes de perfiles similares. Además, recuerda que en algunas zonas, la falta de infraestructuras y la alta ratio de alumnos por aula en los colegios públicos «justifican la demanda de una mayor inversión en este sector».

El psicopedagogo y profesor de la Universidad Carlemany recuerda que si bien la coexistencia de los tres modelos aporta flexibilidad y diversidad, «es fundamental garantizar que la educación pública esté bien dotada de recursos y que no exista discriminación en el acceso a una educación de calidad para todos los estudiantes, independientemente de su origen socioeconómico».

Tal y como recuerdan desde la Consejería de Educación, Ciencia y Universidades de la Comunidad de Madrid, los centros públicos trabajan por una educación libre, plural y de calidad. «Así lo demuestra que cerca del 94% de las familias obtengan plaza en el centro elegido como primera opción», resaltan. Por su parte Borja Díez, director del colegio privado San Patricio Madrid considera que la enseñanza privada se distingue «por su autonomía y los recursos que le permiten ofrecer una educación de excelencia y vanguardia». Esta independencia se traduce en un proyecto educativo sólido, «centrado tanto en el rendimiento académico como en la formación integral de cada alumno». Señala que este enfoque es el resultado de un compromiso compartido entre el alumno, la familia y el profesorado a lo largo de cada etapa educativa, «con el objetivo de obtener resultados académicos sobresalientes que apoyen el desarrollo de habilidades y preparen a los estudiantes para acceder a sus sueños profesionales».

Este colegio selecciona docentes «bajo rigurosos criterios de excelencia» y en sus aulas «mantenemos un ratio reducido alumno-profesor, lo que permite un seguimiento personalizado y una atención más cercana a las necesidades de cada estudiante», explica el director. El aumento de la oferta educativa con más colegios privados es para ellos una oportunidad para seguir mejorando. «Ofrecer el mejor programa de formación desde los primeros años es clave para diferenciarnos. Nos mantenemos en una constante búsqueda de mejoras en nuestra metodología de enseñanza, con un fuerte énfasis en programas de deporte, artes y la incorporación de las mejores tecnologías disponibles», añade el director de San Patricio Madrid.

Desde el colegio concertado Wisdom resaltan que esta tipología de centros es «una excelente alternativa para familias que buscan una educación de calidad con una inversión moderada en comparación con un colegio privado. Suelen tener un coste más bajo que los colegios privados a la vez que ofrecen un nivel educativo similar».

Patricia Butterini, directora de marketing y comunicación del colegio Ábaco, también concertado, reconoce que la elección del centro es una de las tareas que más inquietan a las familias. Por esta razón muchas de ellas hacen un análisis de la oferta educativa que tienen disponible en su zona para poder conocer cuál de ellos se adapta mejor a sus necesidades. «Los colegios concertados ofrecen proyectos educativos muy diferentes, no solo en lo que tiene que ver con la metodología que utilizan, sino también por la personalización en el proceso de aprendizaje, o por su propuesta de valor, que puede estar centrada en los idiomas, deportes o enfoque científico, por ejemplo». Aspectos como las instalaciones o si es religioso o laico, también son puntos que diferencian a este tipo de colegios.

Butterini recuerda igualmente que los concertados acogen anualmente a alumnado que la red de colegios públicos no podría soportar, «no solo por el número de plazas, sino por el coste que conllevaría para las Administraciones».

Si bien los colegios bilingües han sido durante muchos años casi exclusividad de la oferta educativa privada, hace ya tiempo que concertados y públicos se sumaron a esta modalidad. En el caso de los públicos, se han implementado los programas bilingües impartidos por docentes españoles con habilitación lingüística en lengua extranjera y cuentan con auxiliares nativos. La Comunidad de Madrid apostó de forma estratégica por este modelo hace 20 años y «lo ha reforzado introduciendo nuevos contenidos y asignaturas y extendiéndolo a iniciativas de todo tipo como los planes STEM, proyectos de radio o concursos de oratoria, entre otros», explican desde la consejería.

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