Águeda López, mujer de Luis Fonsi, se confiesa con Sonsoles: «De pequeña me hicieron mucho bullyng»
Las vivencias que la cordobesa sufrió de pequeña hicieron que se refugiara en su sueño de ser modelo, que finalmente alcanzó
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Águeda López Benavides, mujer de Luis Fonsi, acudió el pasado lunes 2 de junio al programa 'Y ahora Sonsoles', de Antena 3, para hablar sobre su libro 'La niña que siempre miraba el sol'. La modelo y empresaria, natural del municipio cordobés de Hornachuelos, se adentra así en el proyecto de publicar su primera novela.
Este libro cuenta con tintes autobiográficos, a la vez que deja importantes enseñanzas. En concreto, Águeda cuenta cómo superó una infancia marcada por el bullyng y alcanzó su sueño de convertirse en top model internacional.
Águeda López, mujer de Luis Fonsi, habla sobre el bullyng que sufrió de pequeña
«Me refugié en ese sueño (de ser modelo) porque de pequeña me hicieron muchísimo bullyng. ¿Por qué? No lo sé. Me preguntaron mucho por qué. No creo que exista un motivo o una excusa válida para acosar o hacer bullyng a un niño, sinceramente. Quizás, ellos sintieron que yo no encajaba. No tenía los mismos sueños que ellos o la misma forma de jugar. Y cuando alguien no encaja de alguna forma, siempre crea rechazo«, comenzó diciendo Águeda López acerca de sus aspiraciones por ser modelo, desde muy joven. A partir de esos duros momentos que comentó ante Sonsoles Ónega, la cordobesa recordó que »siempre digo que hay dos manera de sobrellevar el rechazo. Una, cambias tú y te intentas adaptar, y aparentar que perteneces. Y la otra es asilarte. Yo, en mi caso, me aislé. Regresaba de la escuela a mi casa, me encerraba, me ponía mi música y me ponía como a soñar, a imaginar lo que yo quería ser«.
El título de su novela es 'La niña que siempre miraba el sol', en referencia a ella misma. «Que me dieran la oportunidad de cumplir mis sueños. Se era fuera de mi pueblo o en otro entorno, en otra ciudad. Como sea. Solamente la oportunidad. Yo la iba a tomar. Iba a trabajar duro e iba a luchar por lo que quería«, afirmó.
Con respecto al tema del bullyng sufrido cuando era pequeña, la modelo comentó que este acoso iba «desde insultos verbales, o me hacían algunas maldades. Trataban de ridiculizarme. Hasta que pasan a la agresión física, que ahí sentí el dolor. Las agresiones verbales te van haciendo pequeña, te sientes insegura, pero con las físicas ya como que sientes esas palabras en la piel y sientes ese dolor físico. Es algo diferente«. En este sentido, comparando aquella época con la de ahora, rememoraba que por entonces »no existía la palabra bullyng, no había forma de ponerle nombre a eso. Siempre eran cosas de niños. Era otro tipo de educación, era otro tipo de tiempos. No existían los conceptos que tenemos ahora de agresión, de bullyng... Es difícil. Curiosamente, muchas personas me han escrito después de publicar el libro dándome las gracias por poner nombre a lo que viví de pequeña. A mí me costó identificarlo. Hasta que no tuve 25 o 26 años, realmente no fui consciente de que me habían hecho bullyng«.
A la pregunta si nadie en Hornachuelos se dio cuenta de que ella estaba sufriendo bullyng, Águeda consideró que «en los pueblos, las noticias corren más rápido. Pienso que la gente de alrededor, quizás, sí me veían diferente al resto. Era una niña a la que no le gustaba ensuciarme cuando jugaba. Llegaba y quería hacer la tarea, hacerlo todo perfecto. Ese tipo de niños que, de repente, no son lo normal, el estándar«.
Por último, tras leer un extracto de su novela, justificó por qué la protagonista se llama Alma y quiso escribirlo en tercera persona: «Es más fácil hablar así porque hablas desde fuera. Hay un poco de desconexión con lo que tú pasaste; lo hablas de forma más objetiva. A pesar de escribirlo en tercera persona, he llorado mucho escribiendo este libro. ¿Cómo fue recordar eso? Sinceramente, hubo muchos momentos que yo pensé que no me habían molestado tanto y sí que me molestaron. Me di cuenta de que, ahora, con mi edad, escribiendo y releyendo en voz alta, sí me hicieron llorar. Fueron dolorosos y me marcaron. Cualquier tipo de acoso, sobre todo cuando eres pequeña, crea una cicatriz. Y ya tu relación relación con los demás, con tu pareja o tus amigos, no es igual; tratas de protegerte un poco más. Entonces, quizás ha sido hasta sanador. Al escribir y reconocer lo que me pasó, me di cuenta de ciertos patrones que desarrollé para protegerme de alguna forma. Y darme cuenta de que ya no necesito protegerme más; estoy en un lugar seguro«, concluyó.
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