con permiso
La UE cierra el grifo al sanchismo en pleno escándalo de la 'fontanera' Leire
La 'barra libre' de Von der Leyen se ha cerrado. El boicot del Gobierno a la opa del BBVA sobre el Sabadell y la presión para incluir el catalán como lengua oficial de la UE han sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de países como Alemania e Italia y poderosos organismos como el BCE. Sánchez se queda sin un aliado clave en el momento más crítico para su mandato
Sánchez se esconde en una visita relámpago a Von der Leyen

Uno de los recursos más extendidos en la gran empresa para sortear las crisis corporativas o las tensiones severas del negocio consiste en coger el avión y marcharse a la otra punta del mundo. El problema, lógicamente, no se soluciona por esta vía pero se ... consigue que sea otro el que lo arregle o al que termine devorando por proximidad. Pedro Sánchez no lo incluyó en su 'Manual de Resistencia' pero lo ha venido aplicando de manera formidable en los últimos años hasta lograr que ya nadie se lleve las manos a la cabeza por el uso indiscriminado y reservado del Falcon.
Bruselas ha sido durante este tiempo el escondite favorito y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el bálsamo de fierabrás que reparaba todos sus achaques domésticos. Ahí están las imágenes de complicidad entre uno y otra y las ruedas de prensa posteriores a los encuentros con los que el presidente salía por la tangente ante cualquier atolladero de sus pactos de Gobierno en España. Esta escaramuza ilusionista, con auténticos maestros dentro del Ibex 35, se ha terminado esta semana toda vez que Sánchez ha recalado en el puerto bruselense con la bodega repleta de escandalera y, lo que es peor, con una larga nómina de afrentas a instituciones europeas como el Banco Central de Christine Lagarde.
Abrumado por el ruido de la 'fontanera' Leire, las 'sobrinas' del exministro José Luis Ábalos, el enchufe vicario del líder de los socialistas en Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, para proteger al hermanísimo y el caso de su mujer, Begoña Gómez, Sánchez no cayó en la cuenta de que no se puede contentar a Junts ridiculizando al BCE, como tampoco debieron percatarse algunos de que no se debe ir a un Juzgado a decir que pagarle ciento y pico mil euros a Begoña Gómez es una minucia insustancial, fruslerías de la diplomacia corporativa, cuando el salario del juez es de 3.000 euros más complementos. No hablemos ya del resto del personal de la sala.
El Gobierno ha pisado en apenas unos días los callos de pies tan delicados como Alemania e Italia, países con los que no ha medido la capacidad propia para doblarles el pulso en favor del catalán como lengua oficial de la Unión Europea.
Otro tanto ha pasado con el BCE. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, debió de ser más convincente a la hora de advertir a sus mayores de que la institución de Lagarde y el Colegio de comisarios han avivado el debate comunitario sobre la necesidad de la consolidación en el sector bancario, para que se generen entidades grandes, capaces de competir con sus pares estadounidenses y asiáticos. La puesta en marcha de la consulta pública para liquidar la opa del BBVA y las opciones de su presidente, Carlos Torres, fue determinante para que el crédito de Sánchez en Europa se agotara y se le advirtiera de que en el sagrario de la UE está escrito que ningún país miembro puede trasladar al selecto 'club' de todos los problemas de su actividad cotidiana. Lo que en román paladino se traduce en un: «a quien Puigdemont se las dé, Junqueras se la bendiga». Y a otra cosa, mariposa.
La semana negra del Gobierno, con fugas críticas en la fontanería vital del organismo, se completa con el pulso a las eléctricas por el apagón de hace un mes. En juego hay no solo mucho dinero, sino responsabilidades penales por los fallecidos, que nadie quiere afrontar. La estrategia de pasarle el marrón a Iberdrola ha dado con un hueso duro de roer, su presidente, Ignacio S. Galán, quien sabe que tiene todas las de ganar y no se muerde la lengua por mucho que el PNV le haya pedido moderación con un Gobierno como pollo sin cabeza.
El aparato de Bruselas ya forzó nada menos que a la exministra Teresa Ribera, nada sospechosa de pertenecer a la agresiva fachosfera, a negar que hubiera habido un ciberataque o un boicot, mientras huía del Parlamento Europeo para no dar más explicaciones de un asunto que conoce demasiado bien. La cuestión es que la UE tampoco está dispuesta a que el ventilador del Gobierno español termine por poner en cuestión la confianza en las redes europeas y siembre el pánico entre los países vecinos, que ahí está Portugal desenganchado todavía de la redes de España por si las moscas.
Y sobra decir la gracia que le hace a Alemania o a Francia que se cuestione la seguridad de la energía nuclear en un momento en que todos recursos fósiles son pocos para hacer frente a Trump, Putin y Xi, con permiso de Zapatero. Por cierto, ¿alguien sabe dónde está el expresidente?
La primavera aciaga del sanchismo se acerca al verano sin el favor de Bruselas y sin siquiera una comparecencia ante los periodistas. ¿Alguien sabe si sigue viva la Asociación de la Prensa? Puede que esté con ZP, esperando al siguiente turno para reivindicarse y que siga la fiesta.
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