Magdalena Skipper, directora de la revista 'Nature': «Los ataques de Trump a la ciencia se sufrirán durante generaciones»
La primera mujer al frente de la publicación científica más prestigiosa del mundo habla del daño a la investigación «sin precedentes» en EE.UU, los artículos falsos y el hallazgo que sueña ver publicado en sus páginas
Las investigaciones de 'Nature' publicadas por ABC

Genetista de formación y doctora por la Universidad de Cambridge (Reino Unido), Magdalena Skipper (Varsovia, 1969) tenía intereses tan diversos que no le costó mucho dejar el laboratorio, donde se centraba en el estudio de un gusano diminuto, C. elegans, para integrarse en una ... redacción. Desde 2018 es la primera mujer al frente de 'Nature', la revista científica más prestigiosa del mundo, en sus 150 años de historia. Ser editora ha resultado el «trabajo perfecto» para satisfacer su amplia curiosidad. Durante su dirección, ha dado a conocer desde los avances en Inteligencia Artificial (IA) o los logros de Ozempic hasta el primer mapa del cerebro de una mosca. No solo decide cuáles son los estudios de mayor impacto, sino que también está a favor de crear opinión. Firme defensora de impulsar la participación de la mujer en la ciencia, será una de las ponentes del congreso de liderazgo femenino Santander WomenNOW en Madrid. Habla con ABC desde Londres, donde 'Nature' tiene su sede principal.
—'Nature' ha destacado por criticar duramente los ataques de la administración Trump a la investigación, ¿lo entienden como parte de su trabajo?
—Desde el lanzamiento de la revista en 1869, nuestra misión ha sido no solo publicar investigación, sino también presentarla en contexto. En el pasado, cuando las decisiones basadas en hechos y la verdad científica han sido cuestionadas en otros países, lo hemos denunciado. Pero lo que que está sucediendo en EE.UU, por su escala y velocidad, no tiene precedentes.
—¿Defiende que las revistas científicas adopten una postura política?
—La pregunta delata un malentendido. 'Nature' ha sido acusada de tomar posiciones políticas. No es cierto, no tenemos preferencias. El problema surge cuando los políticos usan la ciencia como arma en beneficio de su propia agenda. Ahí sí reaccionamos.
—¿Qué consecuencias tendrán los recortes en investigación?
—No solo afectarán a los investigadores actuales, sino también a los de futuras generaciones. El número de plazas de doctorado disponibles para el próximo año académico ha disminuido. Es muy probable que muchos estén reconsiderando una carrera científica porque no ven un futuro muy prometedor, al menos en los próximos años. Será interesante ver el peso que gane la financiación del sector privado o de organizaciones filantrópicas, porque existe una clara conexión entre la naturaleza de la financiación y el tipo de investigación que se realiza. Esos cambios tendrán un impacto en la investigación a escala global, por lo que es realmente preocupante para todos nosotros.
—¿Cómo explicaría las decisiones anticientíficas de Trump?
—Me resulta muy difícil justificarle. La ciencia implica una clara ganancia económica a largo plazo. Algunos recortes se han centrado en la diversidad, cuando esta conduce a una ciencia más personalizada y, por lo tanto, más efectiva.
—Desde que comenzó su carrera científica, ¿ha observado cambios en la participación de las mujeres en la ciencia?
—Hay una mayor conciencia de la necesidad de promover a las mujeres en la investigación y de tener modelos a seguir. Muchas más investigadoras consolidadas están dispuestas a brindar su apoyo a las más jóvenes. También es importante el apoyo masculino. A menudo, las personas desean formar una familia en un momento crucial de su carrera. Permitir que ambos miembros de una pareja, no solo las mujeres, compartan la responsabilidad de cuidar a los hijos marca una gran diferencia. No es el caso en todas partes, pero es una victoria para las sociedades en las que vivimos.
—En 2018 cofundó el Premio 'Nature Research Inspiring Science' para investigadoras en los inicios de su carrera, ¿es necesario más apoyo?
—Sí. Cada vez hay más mujeres interesadas en la investigación, pero aún son minoría en los entornos académicos. La contribución femenina es fundamental, enriquece la investigación y ofrece otros enfoques. Por ejemplo, los ataques cardíacos se manifiestan de forma muy diferente en mujeres y hombres. Por eso, a menudo, las mujeres que los sufren terminan mal diagnosticadas o no lo son en absoluto. De manera similar, hasta hace poco tiempo, se incluía a menos mujeres en ensayos clínicos para evaluar la eficacia de los medicamentos. Cuando estos se prueban solo o principalmente en hombres, pero luego se recetan a mujeres, no solo pueden no ser tan eficaces en ellas, sino que podrían tener efectos secundarios. Y eso, por supuesto, genera costes adicionales en el sistema de salud, porque introduce un problema adicional.
Fraudes
Nos la han 'colado', pero nunca me he arrepentido de publicar un estudio
—'Nature' también ha mostrado su preocupación por el crecimiento de artículos falsos o fraudulentos, ¿cómo los evitan?
—Disponemos de herramientas para comprobar, por ejemplo, un plagio. Son comprobaciones rutinarias automatizadas. Pero lo más importante es que cada artículo enviado a ‘Nature’ es revisado por un editor y científicos especialistas en cada disciplina (lo que se conoce como revisión por pares), capaces de ver hasta qué punto las conclusiones se sustentan con los datos proporcionados, son plausibles y están bien descritas. Exigimos mucha transparencia, porque esa es la forma de evitar el fraude. Dicho esto, ningún sistema es 100 % infalible. Hemos publicado artículos que después han resultado fraudulentos.
—¿Qué ocurre en esos casos?
—Esos artículos se investigan a fondo y se retractan. En el caso de errores involuntarios, a veces son los autores u otros miembros de la comunidad quienes nos advierten. El artículo se corrige o, en ocasiones, se retracta. Eso es parte de la buena ciencia. Hay un dicho que todos los científicos conocen: la ciencia progresa mediante la autocorrección. Es importante distinguirlo del fraude.
La verdad en 280 caracteres
—¿Cuál ha sido el peor estudio que le han 'colado'?
—Publicamos un par de artículos que describían la superconductividad a temperatura ambiente, un 'santo grial' de la ciencia [En 2023 Ranga Dias, físico de la Universidad de Rochester, dijo haberla conseguido, pero utilizó datos inventados]. Parecía una demostración convincente, pero tras la publicación, muchos investigadores plantearon dudas significativas. Tanto la universidad anfitriona de los autores como nosotros iniciamos una investigación y terminamos retractándonos. Cuando surgen problemas como este, debemos ser muy transparentes, aprender de nuestros errores y corregirlos. Como editora, para mí es importante que quede claro que el artículo ya no es fiable.
—¿Alguna vez se ha arrepentido de publicar un artículo?
—No, porque si resulta ser incorrecto, lo retractamos. De lo que creo que podría arrepentirme es de publicar un artículo incorrecto y dejarlo pasar.
—El físico Alan Sokal, famoso por destapar los prejuicios de algunos sectores académicos en los 90, acusó a 'Nature' en una entrevista con ABC de censurar estudios bien realizados porque podrían cuestionar la dignidad de algunos grupos humanos. ¿Cómo respondería a esto?
—No tengo claro a qué política se refiere exactamente, pero primero debemos plantearnos la siguiente pregunta fundamental: ¿puede considerarse que un estudio está bien realizado (o bien diseñado) si atenta contra la dignidad humana? Invito a considerar esta cuestión en el contexto del Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que establece que toda persona tiene derecho a participar del progreso científico y de sus beneficios. [La entrevista con Alan Sokal].
—¿Por qué las opiniones infundadas suelen tener más éxito que la verdad?
—La verdad es complicada. Los hechos son válidos en ciertas circunstancias, en ciertas condiciones... y explicar los matices puede ser muy difícil. Cuando simplificas o exageras demasiado, entras en el terreno de la desinformación. En las redes sociales, es muy difícil introducir nuevas ideas en 280 caracteres. Otra posibilidad es que la comunidad investigadora quizás no haya hecho un buen trabajo para comunicar la investigación de forma atractiva... Pero soy optimista.
Inteligencia Artificial
Se ha convertido en un asistente del científico. No prohibimos su uso, pero sí queremos que nos adviertan
—¿Le preocupa el uso de la IA en las investigaciones científicas?
—Nuestra política editorial no prohíbe su uso en la redacción de artículos, pero queremos que los investigadores nos informen si la utilizan, por ejemplo, para escribir, editar, analizar datos, generar hipótesis, traducir información... Se está convirtiendo en un asistente del científico, una herramienta. Y cualquier herramienta puede utilizarse con un fin positivo o indebido.
—¿De qué hallazgos dados a conocer por la revista se siente más orgullosa?
—El Proyecto Genoma Humano, por su enorme influencia en la medicina y cómo ha revolucionado los tratamientos clínicos. Y la investigación que explicaba por qué hay un agujero de ozono sobre el hemisferio sur. Condujo a la firma del Protocolo de Montreal, que prohibió el uso de CFC. Un ejemplo de investigación publicada en nuestras páginas que se tradujo en políticas públicas y en un cambio positivo en la vida real.
—¿Qué estudio le gustaría ver publicado?
—No es un descubrimiento específico. Me encantaría ver colaboraciones más equitativas entre investigadores de todo el mundo. Hay un talento y unas oportunidades enormes en el Sur global pero, por supuesto, los medios para hacer ciencia son muy diferentes allí.
—¿Cómo ve la ciencia en España?
—España realiza importantes contribuciones a la ciencia global en diversas disciplinas, pero según el 'Índice Nature', que registra las contribuciones a artículos de investigación publicados en revistas seleccionadas de ciencias naturales y de la salud de alta calidad, sus principales contribuciones se concentran en las ciencias físicas y químicas. Al mismo tiempo, España ha asumido un compromiso significativo con el apoyo a la salud global, tanto en investigación como en su implementación. Tuve el placer de hablar con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante un panel que moderé en la reunión anual del Foro Económico Mundial de este año, donde habló sobre la importancia de la innovación en el sector público y la responsabilidad de los gobiernos de apoyarla y fomentarla. Es muy alentador escuchar esto de la cúpula política.
MÁS INFORMACIÓN
—¿Compiten con otras revistas científicas como 'Science'? ¿Le fastidia que les 'roben' un estudio importante?
—Ja, ja, ja... Hasta cierto punto sí, pero es una competencia amistosa. Cumplimos una función similar: apoyar a la comunidad investigadora, trabajar con ella y garantizar que la investigación publicada sea sólida y transparente. Y que sea vista por los responsables de la toma de decisiones y los responsables políticos para que finalmente afecte a la vida real. O, simplemente, para que sea leída por el público más amplio posible para que podamos maravillarnos con el asombroso mundo que nos rodea.
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