Vitamina C

La vitamina C es una vitamina imprescindible para el desarrollo y crecimiento de nuestro cuerpo. Destaca por su capacidad antioxidante, que ayuda a mejorar la absorción del hierro, así como potencia los mecanismos de defensa del organismo, ayuda a la cicatrización de las heridas y es esencial para la síntesis de colágeno.

La manera de adquirir esta vitamina es a través de la alimentación. La ingesta que recomienda la OMS es de 75 mg/día (mujeres) y de 90 mg/ día (hombres). Por lo general, todas las verduras, hortalizas y frutas que consumimos en crudo son fuente de vitamina C o ácido ascórbico. Sin embargo, normalmente se asocia con cítricos como la naranja, limón o mandarina, pero existen otros alimentos que también son fuente de esta, como la guayaba, la grosella, el pimiento rojo o el brócoli.

Es importante tener en cuenta que la vitamina C se oxida con la exposición al oxígeno y a la luz solar por lo que lo ideal es comprar frutas y hortalizas frescas de temporada. También, es mejor consumirlas al momento, es decir, cuando las pelamos y cortamos. Si las dejamos durante varios días cortadas en la nevera, es probable que aprovechemos menos la vitamina C.

La mejor manera de preservar al máximo la vitamina C es evitando que estén en contacto con demasiada cantidad de agua. Explica la dietista-nutricionista Ana Amengual que la cocción al microondas (rápida y sin remojo), hace que se pierda un 45% menos de vitamina C que si comparásemos el dato con un hervido. Así, por orden de preferencia, las mejores maneras de cocinar , para aumentar la asimilación de la vitamina C por parte del organismo serían: consumo de vegetales en crudo, al microondas y al vapor, en wok, en olla express, en horno y en guiso y por último, en hervido.

Fresas, brócoli, pimiento rojo, melón, mandarina, kiwi, limón, naranja, grosella negra y guayaba son los alimentos con mayor cantidad de vitamina C. Puedes consultar la lista completa de alimentos con mayor cantidad de vitamina C aquí .