Críticas de 'Sirat', 'Cuatro paredes' y 'La buena suerte': Tres estrenos españoles y tres ideas diferentes de ver y hacer el cine
Son tres directores que miran al mundo (con su cine) desde lugares tan distintos y distantes que necesitan que sus películas encuentren su espectador
Entrevista a Oliver Laxe, director de 'Sirat'
Todas las críticas de cine de ABC Play aquí

Tres estrenos españoles y ninguno de ellos es una comedia veraniega. Tres directores que miran al mundo (con su cine) desde lugares tan distintos y distantes que necesitan que sus películas encuentren su espectador y que su espectador encuentre ese lugar desde donde mirarlas. ... Oliver Laxe es la nueva esperanza del cine español tras ganar un premio importante en Cannes con 'Sirat'; Gracia Querejeta, siempre social, siempre Querejeta, presenta un cruce de drama y thriller, 'La buena suerte', con el pulso sereno y clásico de quien no necesita el pavoneo fílmico; Ibon Cormezana, que mete en 'Cuatro paredes' un drama tremendo, cercano, posible y una profunda exploración del duelo, la depresión, la maternidad y la pobreza.
'Sirat' es probablemente el estreno más esperado y, aunque uno no comparte el entusiasmo general por esta película, hay que reconocerle singularidad, radicalidad, hipnotismo y talento a su director. El guion adolece de una excesiva simpleza (de personajes, de situaciones) y, cuando se 'empina', de un excesivo desvarío o capricho; el argumento es la búsqueda de un padre, junto a su pequeño hijo, de su hija perdida por las 'raves' del desierto de Marruecos, y la intriga de la búsqueda se convierte en puro suspense geográfico: el viaje de búsqueda no produce mayor misterio que los terrenos inhóspitos y caminos peligrosos que tienen que cruzar. Los personajes, además del padre y el pequeño hijo, es un grupo de 'rebotados' ya de edad y con diversas discapacidades que viajan en busca de nuevas 'raves' y más pastilleo. Aunque tiene el formato de una 'road movie', Oliver Laxe se cuida de no ofrecerle contexto a esos personajes para que uno pueda viajar con algo de interés junto a ellos.
La fotografía de Mauro Harce, la peculiar mirada de Laxe y la complicada logística que sin duda ha tenido el rodaje merecen el elogio, aunque en el interior de la historia no se encuentre un motivo de lógica reflexión (el apunte África-Europa parece o manido o postural), un itinerario argumental y emocional descifrable y los recursos que utiliza para que el relato vaya hacia algún lado son crueles e injustificados o, en su desarrollo, absurdos. Era una película, había unos personajes que conocer, pero se convierte en otra al borde de lo irritante y sus personajes siguen sin encontrar a nadie que 'los quiera' y mucho menos a su director. Probablemente, el espectador adecuado sacará de ella algo provechoso (¿la música rave?), aunque ahora a uno no se le ocurra qué puede ser.
Crítica de 'Cuatro paredes'
'Cuatro paredes' es también una película incómoda, pero llena de corazón y sugerencias. Cormezana exprime el drama de una mujer y una niña de diez años que pierden al marido y al padre en un accidente y entran en un túnel de negrura, depresión y precariedad en la que una tiene que cuidar y animar a la otra en unas circunstancias en las que, especialmente la madre, se pierde pie con la vida 'normal'. Hay dos ingredientes que le dan enorme interés a 'Cuatro paredes', el primero es el rigor formal con el que su director emprende, mediante planos secuencias, la obligación de que el drama no se le cuartee, no tenga el consuelo de la pausa; y el segundo es la impresionante entrega de sus dos actrices, Manuela Vellés y la prodigiosa niña Sofía Otero, que le da a una cámara que no pestañea algunos momentos de la mejor interpretación vista en mucho tiempo. La idea del teatro, la ficción, el hechizo y la insoportable realidad tienen también enorme fuerza en esta magnífica película.

Crítica de 'La buena suerte'
En 'La buena suerte' Gracia Querejeta cambia el arma pero no el alma, y con cuerpo de intriga policíaca narra una historia de timbre social sobre la huida, el sacrifico paterno, la violencia juvenil y familiar y el alivio del cambio de paisaje y de vida. El protagonista es un hombre al que recoge la cámara cuando llega a un pueblo perdido con la idea de instalarse allí sin que su vida anterior lo alcance. Personaje que interpreta Hugo Silva con eficacia y carisma para dosificar bien dos ingredientes difíciles de equilibrar, la cercanía y el enigma. Su vida en ese pueblo de extrema tranquilidad la muestra la cámara de Gracia Querejeta con ese punto de inquietud de una intriga policial que apenas se ve, pero que se presiente, y con el recurso de una expectación romántica que enreda y fermenta la trama. La inclusión en ella de los personajes de Megan Montaner y de Miguel Rellán, que humaniza y ameniza la historia hasta casi la fábula, le dan a 'La buena suerte' ese carácter de película digestiva y agradable a pesar de los rincones sucios que muestra.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete