visto y no visto
A puerta cerrada
«Carlomagno fue el fundador de la Marca Hispánica, del primer Estatuto catalán, de un Separatismo fuerista y monárquico, pero separatista»
En las revistas setenteras de Quique Camoiras había 'cuñados' que cargaban con el franquismo cultural del momento: si será mala la política, decían, que a la palabra más hermosa, 'madre', le añades la palabra 'política' y te sale 'suegra'. El 'cuñado', sin embargo, no pasó ... a la posteridad por el madrileño Camoiras, sino por el champañés Cabu (asesinado en el atentado contra 'Charlie Hebdo'), que tomó como modelo de su 'Mon Beauf' (estudiado por Chantal Delsol: pequeño burgués ridículo, xenófobo, violento, machista, cazador, homófobo y de derechas) a su propio cuñado, paleto apegado a su familia, a su piso y a sus pequeños placeres.
Lo único capaz de igualar a un hombre y a una mujer es el ejercicio del poder, donde todo hombre es cuñado, y toda mujer, suegra, como 'Rosie' (nombre de Ursula para los de la pomada), la suegra de Europa, a la que nadie ha votado, pero que, en lugar de una comisión de investigación por corrupción por las vacunas de Pfizer, se ha llevado el premio Carlomagno por su defensa de las democracias europeas, que sólo ella sabe cuáles son y dónde están. «¿Usted no admira a Carlomagno?», preguntó un día D'Ors a Gecé:
—A mí, como español, es un nombre que me estremece. Como español que no olvida, a pesar de los siglos, que Carlomagno fue el fundador de la Marca Hispánica, del primer Estatuto catalán, de un Separatismo fuerista y monárquico, pero separatista...
En la renovada galería de 'suegras' europeas, Rosie es Carlomagno, Brigitte es Josefina, Begoña es Beatriz Galindo y Leire es María Cristina, la reina gobernadora en el país de las Jésicas que juegan a ahorcarse con el lazo de Isabel la Católica, 'Zeitgeist' que sólo un hombre de la nueva Renaixensa valenciana, González Pons, Blasco en Bruselas, ha sabido novelar en juegos florales.
—Make sure the door remains closed –respondía Trump a los periodistas que le pedían algún consejo matrimonial para líderes mundiales, después del vídeo de la Primera Dama de Francia abofeteando al tipo que busca en Rusia la revancha de Napoleón.
Asegúrate de que la puerta está cerrada, recomienda Trump. Los trapos sucios se lavan en casa, recomendaron siempre los entrenadores de fútbol castizos. «Cada partido se observa y se teme», observó el calvinista Mallet du Pan: «El pueblo siempre tan imbécil, viendo nombres ligados a las nuevas plazas, un cuerpo legislativo, un Directorio y uno ministros, cree tener un gobierno, y un gobierno constitucional».
Napoleón sorprendió la infidelidad de la criolla Josefina en la 'maison particulière' de la calle Victoria, pero la perdonó porque estaba ocupado con el 18 Brumario. Macron fue sorprendido por el 'uppercut' de Brigitte, Vilma Picapiedra con rodillo, al tomar tierra en Vietnam, pero la ha perdonado por estar ocupado en poner bajo su bota a Rusia.
—La democracia es el amor –pudo decir Barras, amante, entre tantas, de la criolla Josefina y la carabanchelera Cabarrús.
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