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La dorada tribu

Paulina, la rubia inflamable

Es una diva de mucho tinte, una rubia show, una cabreada del sexipop. Es una superventas de sí misma, entre el arrebato y el capricho

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Ángel Antonio Herrera

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Yo diría que Paulina Rubio practica el cabreo como entretenimiento. Algo así. Lleva el arrebato como otras gastan en bisuterías. Ahora está en el culebrón del momento por nuevas discordias, que son muy antiguas, con su 'ex' marido, Nicolás Vallejo Nájera. Quiero decir ... que esta pareja ya desemparejada no acaba nunca el ánimo de divorcio. A poco de aquella boda, una 'ex' novia de Nicolás, famosa y televisiva, me dio el pronóstico en una cena: «Tiene marido para rato». Quería decir aquella guapa lo que luego vimos: que Nicolás es un campeón de paciencia, y hasta le llevaba a Pau el perrito por los aeropuertos. La paciencia se agotó, y el perrito quedó para figuración de 'reality', porque Pau es de hacer 'reality', en su país. Los amigos de Nicolás apuntaban que Pau era «una diva caprichosa», pero para eso no hace falta frecuentar mucho a la cantante, porque cualquiera que se haya cruzado un rato con ella conoce su nervio inolvidable, y de pólvora. Hubo quien arriesgó que a la boda, en Méjico, llegaron Pau y Nicolás con mucha pretemporada de desavenencias conyugales. Aquí empezamos a calibrar a Pau cuando era la novia transoceánica de Ricardo Bofill, una monada sargento que a veces hasta le acompañaba en las noches efervescentes de 'Tómbola'.

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