Zurbarán: «El bar de toda la vida 2.0»
Una cocina que sin salirse de los platos y cánones clásicos busca una vuelta de tuerca para ofrecer una experiencia más premium
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Este año hemos celebrado el décimo aniversario de este precioso proyecto llamado GURMÉ. Una década fantástica en la que se ha dado voz a la hostelería sevillana, llena de grandes proyectos. Uno de los protagonistas de ella es sin duda el grupo Tribeca, que ... ha estrenado conceptos como Salmedina o Cañabota, siendo este último el único nuevo premiado con la estrella Michelin en este período, convirtiéndose en una referencia que trasciende lo local.
Hoy me acerco a la que es su última apertura, Zurbarán, un bar de tapas que emula los establecimientos tradicionales de la ciudad, a lo cual añaden una cocina que sin salirse de los platos y cánones clásicos busca una vuelta de tuerca para ofrecer una experiencia más premium. Un proyecto que es llevado por Jaime Guardiola y Pedro Ruiz-Ocejo, el tándem que ya ha triunfado con Salmedina y en el que se nota la mano también de Pedro Giménez.

En una plaza del centro que ocupan casi en su totalidad con una alegre terraza, un interior que evoca ese lado más tradicional desde un prisma contemporáneo, celosías de madera, suelo de terrazo y una barra con revestimiento de latón de las que hacía tiempo que no veía.
Comienza la comida con sus 'papas aliñás' con melva, todo un seguro ya que las de su hermano Salmedina son de las mejores de la ciudad y éstas son calcadas, un toque muy salado y con el punto perfecto de la patata.
Un imprescindible de su carta es el pincho de pechuguita de codorniz, pimiento confitado y papada ibérica, un bocado absolutamente fantástico. Seguimos con otro de sus pinchos, con morcilla de arroz y huevo también de codorniz, más frecuente en las cartas, pero también lleno de sabor.

Probamos también sus guisos, con uno de los platos más icónicos de nuestro recetario, las espinacas con garbanzos, bien especiadas y con el sabor que todo buen guiso debería tener. El último plato fue su arroz con chocos y alcachofas, siendo un gran aficionado al mismo, este fue el pase que menos lució, se quedó un poco desligado el fondo del cereal.
Notable comida en este Zurbarán, que no es solo un bar, es una declaración de intenciones. Una muestra de que la tradición puede convivir perfectamente con la sofisticación sin perder un ápice de autenticidad.
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