salida de las carretas desde sevilla
El Rocío del Cerro abandona Sevilla para honrar a la Virgen en Pentecostés
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La hermandad del Cerro es la última de este miércoles en poner rumbo a la aldea almonteña, siendo la corporación que realizará la presentación ante la Virgen del Rocío más tarde durante la jornada del sábado, en una de las últimas citas del día. Por ello, a las nueve de la mañana, el simpecado fue entronizado en la carreta en la parroquia de Nuestra Señora de los Dolores, epicentro de un barrio popular y fiel a sus dos hermandades.
Por eso, los balcones frente a la parroquia estaban engalanados y llovieron pétalos sobre la carreta, como si se tratara de un Martes Santo, en recuerdo a la salida de la Virgen de los Dolores. Paso a paso, esta hermandad sigue creciendo y consolidándose. Su último gran proyecto, que vio la luz hace unas semanas, es el imponente retablo cerámico colocado en la fachada lateral del templo, que ya se ha convertido en un nuevo símbolo del barrio y de la devoción de sus vecinos.
La carreta cruzó el barrio para deleitarse ante sus vecinos, que la acompañaron antes de cruzar la ronda del Tamarguillo o desde sus balcones engalanados. El tamborilero ponía la música mientras, frente al simpecado, se sucedían los bailes de sevillanas, una tradición muy habitual en esta hermandad a lo largo de todo su recorrido por la ciudad.
Pasó la hermandad la ronda del Tamarguillo a gran velocidad para no entorpecer el tráfico y alcanzó el colegio del antiguo Matadero, donde los niños le cantaron a la Virgen del Rocío. Una cantera de futuros devotos que, sin duda, recordarán estos momentos toda la vida y, posiblemente, algunos acaben formando parte activa de la hermandad.
A partir de ahí, comenzó un largo trayecto hasta abandonar la ciudad. Es la hermandad que más metros debe recorrer para llegar al Aljarafe, atravesando San Juan de Aznalfarache. La comitiva avanzaba por la avenida Juan Fernández, donde los peregrinos aprovechaban para desayunar en las jardineras o en los charrés que seguían la carreta en todo momento. Así, llegaron a Nuestra Señora de las Mercedes, en el Tiro de Línea, justo al lado de donde la hermandad de Sevilla Sur ultima los preparativos de su carreta para partir la mañana del jueves.
Los trabajadores de las oficinas salían, aunque solo fuera por cinco minutos, para ver al Cerro pasar por el Tiro de Línea. La carreta continuaba por Felipe II y desembocaba en el parque de María Luisa, recorriendo la plaza de América, donde el vuelo de las palomas al paso de las carretas regalaba una imagen realmente bella.
La carreta recorrió un tramo de la avenida de la Palmera, visitó el Hospital de Fátima y la Comandancia de Marina, donde tradicionalmente se coloca una talla de la Virgen del Carmen. Desde allí, cruzaron el río por el puente de las Delicias, continuando por la zona trasera de la Feria y la avenida Juan Pablo II, donde la portada aún permanecía instalada, simbolizando el contraste entre el fin de una fiesta y el inicio de otra en Sevilla.
Pasadas las doce del mediodía, la hermandad del Cerro abandonaba Sevilla para iniciar una semana de peregrinación, rindiendo tributo a la Virgen del Rocío cada Pentecostés. Sin embargo, durante todo el año, esta corporación engrandece una de las devociones más arraigadas del barrio, junto a la Virgen de los Dolores, formando un binomio único que refleja una fe popular profunda y auténtica.
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