CRÍTICA DE:
'Mi casa es tu casa', en el Azkuna Centroa: transitar lo invisible con Chiaru Shiota
Bilbao
Invita la creadora, ahora en el Centro Azkuna, a escuchar lo que no se oye, a ver lo que no se ve, a sentir lo que no tiene forma
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En la sala de las columnas del hall del Azkuna Zentroa se respira la obra de Chiaru Shiota (Osaka, 1972): unos larguísimos vestidos rojos nos cubren, creando una capilla que nos sumergirá en una especie de templo encarnado en el que meditar sobre la ... propuesta de la artista. Los hilos 'tensados' de la japonesa –millares, vívidos como venas– parecen unir la trama de un mapa emocional que no se puede observar sin que el espectador se tense no solo de manera externa, sino también, de manera interna.
Esta pieza, junto a una pequeña retrospectiva titulada 'My House is your House', nos ayuda a ejercer una mirada íntima sobre la obra de esta artista asiática (radicada en Berlín) hacia su visión (casi meditación) personal y poética, sobre la memoria, la muerte, la enfermedad y la belleza invisible que habita en la fragilidad de las emociones y las personas.
Como todo lo que crece fuerte, Shiota construye de dentro hacia fuera (tres semanas de montaje hilo a hilo). Esta es la única forma que hay de entender las construcciones de esas instalaciones imposibles, que casi son como un mantra en su proceso repetitivo a la hora de ir tomando forma, como desenmarañando una trama invisible que, en realidad, teje una red sólida, consistente, pero a su vez con la suficiente veladura como para dejarnos ver las entrañas de lo que protege.
Parece que sus instalaciones nazcan de un gesto interior, como si escuchara a una voz interna que le dictara, hilo a hilo, la trama emocional que cada espacio necesita para ser entendido, casi, cómo un órgano vital que custodiará al visitante. Las piezas de esta exposición no están hechas para ser observadas sin más; están hechas para ser atravesadas, transitadas, como quien transita una emoción donde reposan objetos o momentos cotidianos -una cama, una maleta, una llave, una ventana, una carta o un poema- como memorias, como relicarios de experiencias humanas esenciales en cada paso de la vida: las relaciones, el viaje, el abandono, el deseo, la enfermedad, el miedo o la despedida.



Cada línea 'tejida' parece querer hablar de una conexión, de una resonancia espiritual entre cuerpos, tiempos y espacios. Y, también, una forma de abordar, quizás, el duelo, como un acto íntimo de reconciliación con lo perdido introduciéndolo en ese mapa y conectándolo con otras cosas que nos recuerdan la vida. La enfermedad tratada no sólo como una experiencia personal (la de la autora), sino como un tránsito entre mundos cobra, en la mirada de Shiota, un nuevo modo de ver: en lugar de oponer cuerpo y alma, vida y muerte, los entrelaza.
Sin duda, algunas de las obras más conmovedoras son esos dibujos casi automáticos en los que parece abordar una conversación entre dimensiones, construyendo puentes hacia 'el otro lado'. La barca atravesando la niebla o lo intangible, como si Caronte, el barquero que guía las almas a la otra orilla, nos guiase por ese tránsito; o las relaciones humanas, extraídas como un elixir que guía en esos momentos.

Chiaru Siota
'Mi casa es tu casa'. Azkuna Zentroa-Alhóndiga Bilbao. Bilbao. Plaza Arriquíbar, 4. Comisaria: Teresa de Arruda. Hasta el 28 de septiembre. Cuatro estrellas
Lo que si marca una diferencia de tránsito en el recorrido, sabiamente propuesto por su comisaria Tereza de Arruda, es que parece sumergirnos en un renacer con la instalación 'Dialogue with Absense', en la que nos enfrentamos al ruido, y casi el tiempo y el proceso de plasmaféresis, con el que nuestro corazón parece acompañarse al sonido de las máquinas que nos obligan a salir, con otro talante, en recorrido inverso, invitándonos en el regreso a escuchar lo que no se oye, a ver lo que no se ve, a sentir lo que no tiene forma.
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